El
primer aspecto a considerar en la producción automatizada de
cartografía es el referente a la adquisición de datos de ubicación
geográfica o de datos de coordenadas. Tales datos deben ser adquiridos
en formato compatible con el equipo disponible, deben tener la exactitud
adecuada y deben ser debidamente codificados, estructurados y
etiquetados con códigos descriptivos apropiados, así como sus atributos.
La
conversión de datos análogos a su forma digital es uno de los procesos
que mayor tiempo consume y que resalta en un importante incremento en
los costos de
producción automatizada de mapas. La velocidad de captura
varía de acuerdo con el tipo de procedimiento utilizado, al operador que
interactúa con el equipo y a la calidad del documento base.
El objeto del registro cartográfico es crear archivos digitales útiles y limpios.
La digitalización, por lo tanto, implica operaciones de chequeo
de la información capturada, corrección de los errores derivados del
equipo y paqueterías utilizados y de los errores humanos. El proceso
de edición requiere, en muchas ocasiones, de la participación humana y
del uso de sofisticadas estaciones de trabajo que permitan generar datos
de calidad constante.
La
adquisición de información cartográfica es una de las etapas más caras
de los procesos automatizados e implica, necesariamente, buscar la
calidad de los datos o de los procesos involucrados en la creación de
las bases de datos.
El modelo básico para los sistemas vectoriales
incluye la generación de puntos, líneas y polígonos que dan localización
cartográfica de fenómenos mediante el uso de coordenadas X, Y. Unidos a
éstos se encuentran diferentes técnicas: digitalización manual,
digitalización láser semiautomática y automática.
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